El olvido





La partida de Clio.

Te dedico una ultima linea,
desvaneciente Clio,
disuelta en la lluvia de unas lagrimas que se secan;
nubosa en los muñones van Gogh;
iluminada en las catedrales de una cama nocturna de hotel;

te dedico este silencio,
lineas que terminana en compases de cuartetos,
ventisca de un suspiro
¡Ay del sabor a te y pechos infantiles:
breves a un aliento, jardines!

El silencio que queda despues de enterras los cuerpos,
pegar fotos en un collage de craneos,
de fantasmas que se mezclan,
acuarelas y papel de un beso eterno, lento,
fin del tiempo.

El silencio en abrazos calurosos, hirvientes
frente a Kundera.

Costillas en mis manos,
costillas de una rosa que parte.

a K.

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