¡Funciono!


“El rio”

(Informe de exploración Pep 1. 11 de junio, 7777 años del primer geminizaje)

“En textos antiquísimos se hablaba mucho de un cielo sin Géminis. Imaginaban el cielo con el sol en el zenit, una sola sombra proyectada en el suelo limpio y millones de estrellas bebidas por la oscuridad del espacio. El reflejo del espejo primitivo, como le llaman algunos antropólogos. Cuenta una vieja leyenda que cuando el mundo fue creado, el cielo era perpetuo, azul y raso, sin una sola nube. El mar se reflejaba en un cielo tan limpio y las estrellas eran tan solo el pulido del cielo con la luz del sol. Tal era el reflejo del mar que la tierra, los continentes e islas también tenían un reflejo en el cielo. De ahí nació Géminis, nuestro planeta gemelo. Los dioses cuidaron bien de ambos planetas, proveyéndolos de sustancias nutritivas y luz necesaria para su crecimiento. Pero en el momento de echar raíces al espacio, ambos gemelos que anteriormente eran uno solo se dividieron desprendiéndose poco a poco, como hilos que se estiran y truenan lanzándose y latigueando por el aire, cortando el cielo y dejando expuesta la nada. Las estrellas quedaron flotando a la deriva y a falta de piernas y brazos con los cuales impulsarse, flotaron brillando para siempre. Cuando el hombre de maíz apareció en nuestro planeta, el hombre de barro nació allá. Los hombres de maíz y barro se miraban uno hacia el otro, siendo los ojos de Géminis y nuestro mundo, mirándose. Algunas civilizaciones hablan de hombre y mujer, otros de hermanos, o los hombres como manos lejanas entre dos seres. Ambos hombres construyeron una torre en el año 7777 de la separación de los mundos. El hombre de barro construyo su torre de oro solido, el elemento y sudor de Géminis. El hombre de maíz la construyó de adobe fuerte. Tardaron tanto que no se dieron cuenta cuando fue que los dioses partieron de los planetas, dejando animales y semillas dispersos por los globos. Finalmente, al año 131313 de la separación de los hermanos, el hombre de barro y el de maíz se dieron la mano y los animales de barro subieron por la torre para contemplar el milagro que los dioses habían olvidado. Pero los hombres no se podían soltar. Ambas torres se habían vuelto tan inestables que aquel que jalara la mano del otro derribaría la otra torre. El león en su curiosidad se acercó y olfateó las manos estrechas y en su enorme melena como el sol, sonrió y se creyó el atardecer recargándose sobre el hombre de maíz. Este jaló hacia atrás y el hombre de barro cayó hacia nuestro mundo y ambas torres se derribaron. Cuando los dioses retornaron a nuestro mundo se percataron de que el hombre de barro y el de maíz vivían en armonía a pesar de ser diferentes. El dios de la sangre dio su bendición como lo hacía en cada planeta, ya sea roja o de agua y entre ellos nació el hombre de carne. Y Géminis quedó flotando junto a su hermano, separados, mirándose, uno de ellos sin ojos. Aun en muchas partes del mundo se cree que aquel cordón umbilical de oro, plata y adobe dejó un túnel de aire. A veces, a mi tío le parecía verlo cuando salía de pesca al lago con su padre, mi abuelo. Contemplaba en las noches el planeta Géminis tratando de encontrar las luces de ciudad que tanto abundaban y que también se deben ver desde nuestro planeta.”

-¿Y las ves, Géminis 1?

-Hermosas. Se ve el de nuestra ciudad, cambio.

-Utiliza la cámara fotográfica exterior, Géminis 1, cambio.

-Tomare lo que sea necesario. Dos mil son suficientes. Continuo. Y siempre miraba los mares gigantescos. El mar de Siren, el continente Rojo, las islas Azules. Se sabía el globo de Géminis entero y de memoria, mucho más que aquellos geógrafos que bautizaron sus tierras. Casi no conocía nuestras ciudades y continentes, pero sabia donde era mejor vivir en Géminis. Siempre supo que en las praderas al norte del Rojo, en Partania. Creía firmemente que ahí se fundaría la primera colonia humana en Géminis.

-Debió decepcionarse con las restricciones, cambio.

-El ya no supo de ellas. Murió antes de la guerra y las reformas de la nueva república. Pero llego a ver las ruinas de Apsia, cambio.

-Oh, sí. Yo fui el año pasado. Realmente hermosas. Las arcaicas ruinas de la puerta del Maíz. A pesar de los bombardeos, todo ese lugar quedo intacto, sin rastros de radiación, una zona turística por excelencia, cambio.

-Detesto a todos esos sujetos que dicen ir a cargarse de energía a las puertas. Solo van y haciendo el ridículo gastan más las piedras. Solo se cargan de radioactividad, cambio.

-Jajajaja. Oh, oh, momento. Baja tu velocidad a 36 en Beta. Así, muy bien. Mañana, hora del sur, llegaras al punto Alfa, justo encima de Apsia. No te perderás la vista de las ruinas y los cráteres, cambio.

-Hasta esta altura no llega la radiación, pero si las luces de los muerto, cambio.

-¿Puede repetir lo último, por favor, Géminis 1, cambio?

-No fue nada. Pep ya está dormido, dejare todo listo aquí para la transmisión de mañana. Tal vez solicite los códigos de configuración para establecer manualmente los patrones de vuelo, tu sabes, como indica el manual, cambio.

-Para eso necesitas autorización de las autoridades de Canales, cambio.

-Solo sigo las instrucciones del protocolo de emergencia. La computadora acaba de detectar vientos fuertes sobre el espacio de vacio entre Apsia y Exterior, y se harán más fuertes antes de la llegada al Cordón, cambio.

-Afirmativo. Llegaran en 10 minutos. Esperamos tu transmisión a las 3:30 de la madrugada de la zona nocturna del planeta. Buena suerte. Canales, fuera.

“Durante miles de años, los astrónomos estudiaron Géminis a simple vista hasta la invención de los telescopios. A simple vista, porque esta cerquísima, se pueden ver claramente las nubes, los desiertos, selvas, bosques bajo ellas, las explosiones volcánicas y los ciclos helados. Las eras glaciales eran punto de referencia. Lo que pasaba en Géminis, probablemente también sucedería en nuestro mundo. Muy al inicio, cuando nuestras civilizaciones aun no habían hecho contacto, se creía que la configuración continental de Géminis era exactamente idéntica a la nuestra. Con los contactos continentales primitivos y los primeros mapas se comprendió que no era así y es sorprendente, porque primero se hicieron mapas e imágenes de Géminis. Los antiguos lo consideraban dibujar el rostro de Dios y la historia siempre se repetía. Exactamente cada 7777 años la zona donde muchas culturas coincidían con la creencia de la zona en la cual se comenzó a crear el mundo, se alinea con un gigantesco cráter, del cual se cree es la cicatriz, el ombligo de la torre. Durante unas horas, el continente Rojo y Apsia se alinean, y el viento de la torre, se sus cámaras internas se cuela entre ambos planetas. Hace 127 años, un antiguo asteroide colisiono con el otro lado de Géminis, lanzando polvo a la atmosfera y cubriéndola completamente, tapando toda vista posible. Aquella pequeña era gélida duro 80 años y al disiparse las nubes, el cielo y el hielo que retrocedía, todo había quedado devastado. Ahora yo estaré cerca del planeta, más cerca que cualquier humano haya estado jamás. Mis antepasados hablaban del sueño de caminar por Géminis, la vida brotó de nuevo. Hay agua, hay oxigeno. Donde hay agua, hay vida y está prohibido ir. Desde la última guerra mundial, se entendió sobre la fragilidad del género humano. Unos matándose a otros, las tierras devastadas por contaminación nuclear. Tan solo la diferencia del lugar de nacimiento es signo de un cráneo en el dorso de la mano. Lo más santo y sagrado para trillones de personas es la visión de un antiguo Dios que si existe, está presente siempre, el hermano dicigótico de la madre que nos alimento. Por eso está prohibido ir allá.”

-Canales, ¿me copia?, cambio.

-Aquí Canales, fuerte y claro, cambio.

-No podía dormir. Solicito la próxima transmisión de los códigos, cambio.

-Momentos, Géminis 1. ¿Qué es lo que está pasando frente a la cámara, frente a su rostro? Desde aquí no lo vemos bien, esta desenfocado, cambio.

-No es nada. Se me olvido enroscar la tapa de la pasta dentífrica. Géminis fuera.

(Dos horas antes. 9:30 pm del lado oscuro. 28 de diciembre de 7777. Seis horas para el contacto con la torre de viento. Conversación extraída de las antiguas cintas encontradas en el derelicto HV 426 “Estigio”)

-Meses de negociaciones, platicas de paz, permisos y permisos burocráticos y ¿quieres mandarlo a la mierda en tan solo un impulso romántico?

-Hace rato hablabas de democracia, de la nueva era y sigues llamando y temiendo a las “barbaros del sur”. ¿Qué no entiendes que es la misma mierda una y otra vez en diferente empaque y discurso? Los mismos tanques caminaran sobre los nuestras casas, Pep. Los mismos cerdos comerán del mismo chiquero de barro y suciedad en que convertirán nuestros países. ¿Sabes cuantos de los que amaba murieron en el asedio de Amara? Asesinados… violados por el color de su piel, de nuestra piel.

-¿Y crees que nuestra nación no sufrió?

-¿Aun crees en tu nación? ¿Después de lo que paso, lo que hicieron y los crímenes que cometieron?

-Creo en mi nación después de la reconstrucción y sé que supo levantarse de sus cenizas una vez más, por eso creo en… ¿qué haces con eso? ¿Cómo la introdujiste? Cálmate, bájala, ¡baja esa pistola!

(Se registró un ruido que altera la definición de audio de los micrófonos y tarda unos segundos en restablecerse. Un arma de fuego arcaica fue disparada pero nadie resulto muerto porque al restablecerse el sonido de la grabación se alcanza a percibir un forcejeo y gruñidos que poco a poco se alejan y finalmente dos disparos mas. Lo demás es estática por varias horas. Las cintas de video no revelan nada. El tiempo las destruyo.)

“Fue aquella noche…”

(Se recuperaron más cintas de audio. Arcaicas. Las logramos reproducir. El cuerpo de primer tripulante en geminizar no ha sido encontrado En cambio, el de su compañero fue encontrado en una tumba improvisada a un par de kilómetros del derelicto de Géminis 1. Los huesos presentaban marcas de tres disparos. La capsula recibió un gran daño durante el aterrizaje debido a que no estaba hecho para un aterrizaje forzoso y sin programación.)

“…última grabación. Ya no hay nada más que decir, no lo sé. Habría despedidas a personas amadas y cosas por el estilo, pero aquí arriba no hay dichas personas y esto jamás llegara a sus oídos. Estar aquí arriba es lo más hermoso que jamás experimentare. El tan solo hecho de ponerse el traje y salir a flotar un rato en el gran vacío sin encontrar obstáculo material alguno entre tú y el infinito… ni los filósofos más grandes y sabios se acercan tan solo un poco a la carga ontológica que conlleva el flotar en la nada, ser parte de ella y tu ser la nada. Encontré tantas respuestas a mis preguntas que me di cuenta que siempre fui un tonto. Ellas jamás iban a llegar por más que buscara y al encontrar un mínimo de ellas, nuevas surgirían. Tuve que matar a Pep… (Silencio seguido de estática) y ahí estaban… (Estática)… consecuencia imprevistas. Fue cuando tenía unos 14 años… era un niño y estaba enamorado de los ideales de la columna, de la resistencia contra el invasor y la utopía de un futuro libre de Exterior. Frente a mi lecho a la luz de la vela, esperaba, rezando por que mi sueño fuera interrumpido por el llamado a las armas y la protección del pueblo. Mi amor por la lucha solo se comparaba por mi amor a las ciencias, la geminología en especial. Soñaba con ser el primer humano en pisar Géminis después de la guerra, cuando triunfáramos. A las orillas de los bosques, junto a los campamentos civiles. Me sentaba con ojo vigía junto a los tanques estacionados, siempre apuntando hacia la dirección contraria a la frontera. La promesa de lucha y la sangre de la ideología del partido eran compartidas y alabadas en la noche a la luz de Géminis, donde aprendí a disparar, cargar, desarmar y armar un fusil, destruir tanques con una bazuca, plantar minar, cargar heridos y colocarme bombas en el cuerpo siempre mirando hacia el interior del país, nunca mirando atrás, hacia la frontera, hacia el rio. Más tarde, la guerra cambio de ser partidista a nacional, después internacional. La última guerra mundial. La radio nos informaba de hombres flotando en el aire, sin llegar al espacio, fuera del planeta portando toda clase de armamento apuntándonos cuando dormíamos o hacíamos patrullas. ¿Quién iba a ser más poderoso que nuestra nación con el partido a la cabeza, una vanguardia en el mundo? Que aquellos hombres no cayeran en carga de bayoneta desde el cielo. Nosotros estábamos listos, resistiríamos corriendo con nuestras bayonetas país adentro, con dirección a sus corazones corruptos.

Las mujeres tendían la ropa, mis compañeros compartían los cigarros y los pajarillos se acicalaban uno a otro en la punta del cañón. Cotidianeidad, porque también lo era mirarnos los pies pensando en que el maíz y el trigo llegarían siempre en camiones, de otros campamentos y yo mirar frente al enemigo invisible que no llegaba. Pasaba el tiempo libre memorizando libros de física, astronomía que el viejo Joao tenía guardados y me obsequio antes de partir a la capital. Miraba el cielo tratando de encontrar los continentes entre los árboles quemados. Dios, y ahora los veo tan bien… El monte más grande, Remo. Y ahora también veo el rio Sanda, el rio que inevitablemente llegue. Donde se ven las luces. Son las 3:28 am… realizando preparaciones para el cambio de curso… nunca regresare, no tiene sentido que lo haga. El rio. Era una costumbre, un rito para mí, con mi carabina en los brazos dar la espalda al rio, mirando al frente. Aquella noche… fue cuando comprendí a los demás, no sé si definirlo como el final de mi ingenuidad o el principio de mi madurez que son dos cosas totalmente diferentes. Mientras grabo esto, tengo la oportunidad de ver el rio desde el cielo, no estar al lado de él, ni dentro. Rompiendo mi rito a causa de un accidente, mire con dirección al rio y por primera vez en mucho tiempo escuche el cauce rugir, golpear las piedras entre los arboles del bosque, rojos y verdes. La luz de Géminis se oculto en el sueño y la oscuridad flotando en el follaje atrayéndome con el fusil listo. Me llamaba y palpitaba con susurros asfixiantes de desvelo. Tssss hacia el rio en su coro. Era una verdad que la gente nos gritaba en el rostro, la gente de las mesetas, de las ciudades, creyendo estar mejor allá arriba que en suelo o en el cielo. Me aterré y el humo rojo ascendió al cielo tiñendo a Géminis de rojo, vistiéndolo de sangre. La guerra se aproximaba. El rio nos esperaba inevitablemente. Los cimientos enterrados en nuestros corazones, la lucha, la lucha y la ruina, un castillo invisible que terminamos derribando tras el paso de los tanques. Aquella noche nos movilizamos con dirección al rio. Tan solo en la retirada vacié el cargador de mi fusil y vi una silueta derribarse entre las sombras… en nosotros, en ellos, y el rio rugía y los velos faciales caían. Corrí, fui el primero en llegar al rio. Al otro lado de la frontera alguien me gritaba “¡Ey niño! ¡Ven acá, apresúrate, niño!” En nuestra orilla, ultimo bastión de nuestra nación, había mucha basura tirada, abandonada: ropa, calzado, basura plástica, maletas y entre todo me llamo la atención, haciendo desaparecer los gritos a mi espalda y los disparos sobre mi cabeza, un muñeco hecho con masa de maíz que se disolvía. El minúsculo oleaje que acariciaba suavemente la arenisca fangosa y oscura lo mecía suavemente. Se detuvo un poco entre mis pies y su pequeña e invisible sonrisa me miraba, me calmaba. Un obús reventó en el agua y el impacto en el aire hizo que cayera de espalda. La mitad de mi cabeza estaba dentro del agua. Escuchaba el fondo con su canto característico y la otra mitad al aire me condujo a mirar a Géminis que era de sangre. “¡Ey niño! ¡¿Estás bien?!” me gritaban. Ahora todo era rojo. Me levante y Géminis me hizo ver que el cielo y el no eran rojos. El agua estaba teñida de sangre y mi pueblo miraba atónito en pie a mi lado, algunos cayendo por los impactos de las balas, otros sosteniéndose con heridas sangrantes. Después del rojo vino la carne. Los militares al otro lado del rio tampoco lo podían creer. Había barro en sus botas, en sus uniformes, en sus rostros. Una mariposa revoloteaba sobre las piedras del ancho rio, largas rocas que se erectaban hacia Géminis, brillando lánguidas y suaves, llenando el ambiente de agua y de luz. La pequeña brisa del impacto del agua refrescaba nuestros pulmones y manos pendientes en el aire. La mariposa se posó sobre una roca, mirando la luz enorme y roja de Géminis. La roca fue golpeada por un cuerpo y otro, y otro, y otro. Cientos de cuerpos hinchados y morados, de diferentes vestimentas y colores flotaban rio abajo. Ese fue el rio donde miré con mis propios ojos y muchas de las mentiras de nuestros ojos eran más reales que los cimientos de las construcciones. (Estática hasta el final de la cinta)… El aire es respirable, las cámaras se han averiado completamente así que no puedo grabar imágenes… pero es hermoso, es casi como mi mundo. Creo que tendré que cargar el cadáver de Pep hasta aquí…pero…miro hacia el cielo y no veo mi antiguo planeta. El mundo, no está.”

México, 24 de enero de 2009

0 comentarios: