La cangrejita



La cangrejita.


Hay una cangrejita al que le quema la piel,
que le quema la vida, que le quema el amor.

Aquélla cangrejita se posó sobre mí
y se durmió.

Aquélla cangrejita cuando se despertó
me llenó de besos
y yo sin querer me dormí.

Aquélla cangrejita, al despertarnos
los dos,
me prometió no quitarse nunca,
ya que yo al dormir
me volví de leche y café,
azúcar para sus heridas,
calmando su ardor.

¿Cual ardor?, le pregunté

Aquel que se alivia con calor,
aquel que se alivia con ascuas
y promesas de entrega, me respondió.

Entonces, entre su amor,
lentamente mi cangrejita, me durmió.

0 comentarios: