Maestro




Flán terminó su examen, se levantó suavemente de la silla aún sosteniendose por las rodillas que le temblaban de los nervios. Tragó un poco de saliva dirigiendose a la gran mole de profesor que frente al microfono dormitaba. Envuelto por el sueño, Germán parecia brillar en sepia sostenido por su vieja espalda rulfiana y acariciado por la luz en su piel rojiza y brillante. Sus palmas rojisimas inspirarian las manos de manzana de Beatriz en futuras lineas de Flán que escribiria poco antes de la muerte de su maestro. La clase de ambos había terminado. El curso se cerró. No se volverian a ver jamas, y la lección apenas comenzaba.
Horacio golpeó con su dedo tres veces sobre la mesa para no interrumpir el ligero sueño de su maestro. Germán se despertó abriendo calidamente los ojos y tronando el sabor de su saliba solo una vez. Flán y su nariz detectaron ese aroma a madera añeja e solo los ancianos sabios abren con un aura de respeto y melancolia. Cariñosamente se miraron uno al otro y Flán le sonrió timidamente.
-Aquí esta mi examen, maestro.
-Muy bien, y ¿como te fue?
-No muy bien, no soy buen ensayista.
-No te preocupes. Un día lo serás.
Al llegar a su casa, Flán recogió la copia de "Las armas secretas" de Cortázar que él le firmó. Pensó en May y cual sería la impresión al ver la firma y la dedicatoria. No tenía ni la mas remota idea, hasta esa fecha había olvidado su rostro.
"Para Consuelo" dijo Flán, sorprendiendo a su maestro y a las señoras rubias e intelectuales de ojos juveniles y apagados que lo circundaban. "Ah, ¿te cae?", respondió.
La letra cursiva y negra de la dedicatoria se transmutó en manzanas cayendo de sus manos, como llaves capaces de liberar aves hermosas de jaulitas de oro. En los ojos de May y las manos de manzana de Germán se transmutaron, en sus palabras, la belleza y la muerte de la poetica de la Ciudad.

"Hasta en lo terrible se puede encontrar consuelo porque transmuta lo humano."
Germán Dehesa.

Hasta luego maestro. No se me duerma donde ande, creo que estoy mejorando en mis ensayos como usted me dijo...

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